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lunes, 18 de junio de 2012

Finalmente, la Vida.


Finalmente, sólo queda la Vida en nosotr@s.
La tormenta amaina, los vientos se calman, y el esfuerzo realizado deja su fruto: la esencia de ti mism@.
Finalmente, la frustración se olvida.
El peso del pasado se abre a la Vida del presente. Sólo eso es verdadero, y sólo eso queda.
Finalmente percibes que puedes vivir sin sufrir, que dentro de ti hay algo verdadero que te sostiene.

No sale de tu cerebro, ni de tus ideas. Sale de la Vida que hay en ti. ES la Vida que hay en ti.
Y eso verdadero que está en ti está unido a la Vida Natural, a lo verde, al Planeta.

Nada hay auténtico en ti que no forme parte del Planeta.
Ninguna Vida real en ti que no sea la misma Vida del Planeta.
Ninguna Fuerza auténtica en ti que no sea la misma Fuerza que mueve las Galaxias en su rumbo.

Finalmente no te importa no ser la persona más simpática del mundo, ni estarte perdiendo todas las fiestas.

Finalmente te importan una mierda tus vidas pasadas, y sólo quieres vidas futuras (donde no seas esclavo y puedas hacer el amor y vivir con dignidad).

La Vida fluye.



La filósofa, matemática y astrónoma (Astróloga en aquella época) Hipatia de Alejandría no era la única en tener esclavos.
Un esclavo recogido de niño por una joven amable y comprensiva crecía y se despertaban en él sentimientos incompatibles con su existencia. El tormento era demasiado grande, y frecuentemente se suicidaban. O bien aprendían a no sentir deseos, pero eso amputaba una parte importante de ellos mismos.
Su autoestima era destrozada por otros hombres dicharacheros, alegres, que no sabían lo que era padecer necesidades que el alma no puede asumir. Los niños esclavos crecían sin poder expresar su masculinidad, ni su amor. 
Con suerte, se les permitía tener relaciones con mujeres a las que no deseaban en realidad. Y ya no te cuento si tenían la desgracia de enamorarse de una esclava de otro amo, o (¡deus, no!), de su señora ama.

El arquetipo del amor imposible es más antiguo y terrible de lo que la literatura enseña. Había muchas de estas situaciones en el mundo antiguo.
En ocasiones, el deseo frustrado se sublimaba en el arte:




(William-Adolphe Bouguereau nació el año 1825 en La Rochelle.  Vivió 80 años y se le reconocen más de ochocientas obras).

La trayectoria de la sexualidad humana es más bien triste para algun@s.


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